sábado, 10 de julio de 2010

El transporte de la bici en el coche

Un gran número de practicantes de la btt, en especial los que viven en grandes ciudades, deben desplazarse varios kilómetros para encontrar un lugar adecuado donde llevar a cabo su actividad deportiva. La mayoría utilizan automóviles de turismo en los que acoplan diversos tipos de fijación para portear la bicicleta. En general estos soportes están bien diseñados pero no está de más que tomemos algunas precauciones para evitar imprevistos.

Es conveniente añadir algún tirante elástico (pulpo) a la baca para garantizar la solidez del soporte: no sería la primera vez que ha "volado" literalmente al ir a gran velocidad. También tienes que tener en cuenta que, muchos fabricantes de estos soportes, te aconsejan no rebasar una velocidad determinada, a la que ellos han verificado que su fiabilidad es correcta: no sobrepases este límite de velocidad como primera precaución.

Algunos soportes se obstinan en aflojarse con las vibraciones de la carrocería (en particular los días de viento y al circular por carreteras mal pavimentadas). Especialmente en viajes largos, aprovecha las paradas de descanso o a repostar combustible para comprobar todos los anclajes. En algunos casos da buen resultado impregnar los tornillos de los sistemas de anclaje con un par de gotas de cola de contacto (loctite, etc....).

No olvides quitar de la bici el cuentakilómetros, la bomba y el bidón de agua; es fácil que en algún bache violento los puedas perder.

Si tu bicicleta tiene sillín de cuero puedes cubrirlo con una bolsa de plástico (sujeta con un par de gomas) cuando preveas que puede llover durante el desplazamiento en automóvil.

En ocasiones te verás obligado a dormir en hoteles o dentro de alguna población (competiciones, viajes de fin de semana....), por lo que deberás tomar algunas precauciones para evitar el robo de la bicicleta. No pienses que un pueblecito, por muy apacible que parezca, es un lugar seguro para que la bicicleta duerma en la baca o dentro del vehículo.

Lo más sensato es prever dónde vas a dormir y hacer la reserva correspondiente. Al mismo tiempo, te informarás de la posibilidad de subir la bicicleta a la habitación (no suele haber mayor problema) o meterla en algún garaje o almacén de los que no suele faltar en la instalaciones hoteleras.

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